cuanta razón!!

21 December 2006

pues de lo que mas leo últimamente por la red son webs o blogs sobre tele. Y uno de los que mas devoro es el descodificador. Y es que a cada artículo que le leo al Javier Pérez de Albéniz, mas razón le doy. Transcribo su artículo de hoy, que no me queda mas remedio que subrayar/subscribir en cada palabra.



Y ahora, portada de Interviú

22 de diciembre.- '¡Qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte!', repetía Naiala, la ganadora de la octava edición de Gran Hermano (Telecinco), poseída por la entidad de la estupidez. Y se preguntaba entre emocionados sollozos '¿Y qué hago yo ahora?'. Nunca un plan de futuro fue tan evidente: salir en pelotas en Interviú, maja.

Esa es la alternativa más realista, y posiblemente más digna, para la ganadora de un concurso que, por muy difícil que parezca, continúa batiendo sus propios registros de decadencia, mal gusto y estupidez. Buena culpa la tiene Mercedes Milá, responsable en pantalla de tamaña bazofia.

Milá defiende el valor de un programa que no tiene defensa. Ni valor. Y lo hace utilizando un manual de disciplina inglesa televisiva basado, como no, en la arrogancia, la soberbia, la superioridad y el poder.

La decrepitud de un programa arrastra a una presentadora que no necesita muchos empujones. Tan pocos como los concursantes, selecta representación del lado oscuro de la humanidad.

Y es que el concepto 'animal televisivo' ya no es lo que era. Y eso que una de las estrellas de Gran Hermano tenía nombre de pequeño cefalópodo. Se llamaba Miguel Ángel, pero le llaman Pulpillo, y era concursante. Ni más ni menos. 'Yo por cinco minutos de gloria hago lo que sea', dijo el pedazo de animal, ignorando que Interviú no saca octópodos en la portada.

Pulpillo es un ser bajito, gordito, con los dientes superpuestos, los ojos medio cerrados y las orejas como chuletones de buey. Pulpillo habla a voces, como un tratante de ganado de la post guerra. Los tertulianos de Ana Rosa, todos catedráticos, se burlan de pulpillo. 'Pareces metrosexual', se troncha la solidaria Mercedes Milá. También dicen que es maleducado, grosero, mentiroso, traidor… Y que está salido.

Pues Pulpillo era de lo mejor que se podía encontrar en esa casa-refugio de seres deteriorados, presentadoras decadentes y cadenas en descomposición. Solo una buena noticia en esta octava edición: se trata de la temporada menos vista desde el comienzo de este esperpento bautizado como telerealidad.



au

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